El campo de béisbol del Tecnológico Nacional de México – Instituto Tecnológico de Ciudad Juárez ha sido oficialmente nombrado: Héctor “Toby” Méndez, en memoria del primer entrenador de ese deporte en la institución, un hombre cuya vida estuvo marcada por la pasión, la entrega y el compromiso con la formación de generaciones de estudiantes.

El homenaje tuvo lugar en el Audiovisual I del Instituto, donde familiares, exalumnos, amigos y miembros de la comunidad tecnológica se reunieron para recordar con cariño y admiración al icónico entrenador. El evento contó con la presencia del director del ITCJ, Mtro. Mario Macario Ruiz Grijalva, la Mtra. Mara Dennise Salcido Celada, Subdirectora de Vinculación y Planeación, y el Dr. Eduardo Rafael Poblano Ojinaga,Subdirector de Servicios Administrativos.

Durante su intervención, el director Ruiz Grijalva describió al homenajeado como un “líder natural”, cuyas enseñanzas han trascendido el campo deportivo para convertirse en lecciones de vida.

Claudia Méndez, hija del homenajeado y colaboradora del ITCJ, agradeció a los ex Liebres y a la institución por hacer realidad el sueño de su familia: ver el nombre de su padre en el lugar donde construyó gran parte de su legado. Por su parte, José Ríos, exjugador del equipo de béisbol, resaltó cómo la semilla sembrada por Toby Méndez floreció en una comunidad que hoy se mantiene unida por su recuerdo.

El homenaje fue iniciativa de exjugadores de las Liebres, quienes, en colaboración con la institución, no solo gestionaron el cambio de nombre del campo, sino también donaron una pizarra electrónica en honor a su entrenador.

Jesús Héctor “Toby” Méndez dejó huella en el deporte local. Fue entronizado en el Salón de la Fama del Deportista Juarense en 2008, y destacó como entrenador de múltiples categorías, desde equipos infantiles hasta los Indios de Juárez. En el ITCJ, participó en 24 prenacionales y 13 nacionales, obteniendo cinco campeonatos nacionales con las Liebres. Un logro que muy pocos consiguen y que hoy se encuentra materializado en un trofeo en el interior del gimnasio de nuestro instituto.

Pero más allá de las estadísticas, Toby Méndez fue un formador de seres humanos. Con su característica gorra roja y su uniforme de las Liebres, fue para muchos un mentor, un amigo y una figura paterna. Su casa fue refugio de muchos jóvenes, y su legado permanece vivo en cada historia compartida por quienes lo conocieron.

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